viernes, 28 de febrero de 2014

La parálisis cerebral



La parálisis cerebral describe un grupo de trastornos del desarrollo psicomotor, permanente y no progresivo, causada por una lesión en el cerebro producida durante la gestación, el parto o durante los tres primeros años de vida del niño. Los desórdenes psicomotrices de la parálisis cerebral están, a menudo, acompañados de problemas sensitivos, cognitivos, de comunicación y percepción, y en algunas ocasiones, de trastornos del comportamiento.

La parálisis cerebral (PC) significa literalmente parálisis del cerebro. Las partes del cerebro más afectada suelen ser las que controlan los movimientos de los brazos, las piernas o los músculos faciales, lo que produce o bien flojedad de los miembros o, lo que es más corriente y habitual, que éstos estén apretados y tensos. Las personas con PC suelen tener dificultades para hablar o no pueden hacerlo debido a la imposibilidad de controlar los movimientos de la cabeza o los músculos faciales.

A veces, si el daño en el cerebro es más general, las capacidades intelectuales también pueden estar deterioradas, pero lo más corriente es que los niños con PC sufran discapacidades físicas más que intelectuales. Algunos niños también pueden tener trastornos físicos o intelectuales.

Características de la parálisis cerebral:

  • La parálisis cerebral es un desorden permanente lo que implica que la lesión neurológica es irreversible y persiste a lo largo de toda la vida.
  • Dicha lesión no cambia, es inmutable. El daño neurológico no aumenta ni disminuye aunque las consecuencias pueden cambiar hacia la mejora o el empeoramiento.
  • La alteración del sistema neuromotor incide en aspectos físicos como la postura o el movimiento.
  • La lesión no es degenerativa, esto es, no aumenta ni disminuye.
  • La lesión se produce antes de que el desarrollo y crecimiento del cerebro hayan concluido. Puede ocurrir durante la gestación, el parto o los tres primeros años de vida del niño. Un período de tiempo en el que el sistema nervioso central está en plena maduración.
  • La lesión también puede afectar a otras funciones como la atención, la percepción, la memoria, el lenguaje y el razonamiento. El número de funciones dañadas depende, por un lado, del lugar, tipo, localización, amplitud y disfunción de la lesión neurológica, y por el otro, del momento en que se produce el daño (nivel de maduración del encéfalo).
  • Además, la lesión interfiere en el desarrollo del Sistema Nervioso Central. Una vez producido el daño éste repercute en el proceso madurativo del cerebro y, por tanto, en el desarrollo del niño.




Clasificación de parálisis cerebral:

  • Parálisis cerebral leve es aquella en la que el niño tiene movimientos torpes.
  • Parálisis cerebral moderada, puede significar que el niño camina cojeando. Él o ella podría necesitar un aparato ortopédico o bastón.
  • Parálisis cerebral severa, puede afectar todos los aspectos de las habilidades físicas del niño. El niño con parálisis cerebral moderada o severa podría necesitar una silla de ruedas u otro equipo especial.

A veces los niños con parálisis cerebral pueden también tener dificultades de aprendizaje, problemas con el oído o visión (llamados problemas sensoriales), o retardo mental. Mientras más severa es la herida al cerebro, más severa es la parálisis cerebral. Es importante aclarar que la parálisis cerebral no se empeora con el tiempo, y la mayoría de estos niños tienen una longevidad normal.

La parálisis cerebral infantil (PCI) aparece en dos por cada 1.000 recién nacidos vivos. El término hace referencia a un grupo de incapacidades motoras producidas por un daño en el cerebro que puede ocurrir antes, durante o después del nacimiento. Se puede deber a malformaciones congénitas, infecciones de la madre durante el embarazo, un parto difícil o enfermedades infecciosas del niño (meningitis, ictericia grave, rubéola) o golpes en la cabeza. Dos de los principales factores de riesgo son la prematuridad, especialmente antes de la semana 34 de gestación, y un peso inferior a 1.500 gramos. Ambos están detrás del 17-32% de los casos de PCI.

Los partos múltiples, que suponen el 10% de los prematuros, presentan también una elevada tasa de PCI. Los gemelos tienen siete veces más riesgo de sufrir esta complicación y los trillizos 47 veces más.

También existe un mayor riesgo de que nazca un niño con parálisis cerebral si se trata de madres adolescentes o con problemas de salud o que viven en la pobreza.

El grado en el que esta discapacidad afecta a cada persona es diferente, y viene determinado por el momento concreto en que se produce el daño; así podemos encontrarnos con personas que conviven con una parálisis cerebral moderada con disfunciones mínimas en sus miembros o en su capacidad de expresión, a formas muy graves de parálisis que hacen que la persona sufra discapacidades múltiples.

Hay tres principales tipos de parálisis cerebral:


1. Parálisis cerebral espástica, es una condición cuyo tono muscular es excesivo o  dónde los músculos se encuentran demasiado apretados. Los movimientos son tiesos, especialmente en las piernas, brazos y/o espalda. Los niños con esta forma de parálisis cerebral mueven las piernas torpemente, girando o en salto de tijera mientras tratan de caminar. Esta forma de parálisis cerebral es la más común.

  2. Parálisis cerebral atetoide (llamada también parálisis cerebral discinética), puede afectar los movimientos del cuerpo por completo. Esta forma de parálisis cerebral típicamente involucra movimientos lentos incontrolados y un bajo tono muscular que causa dificultades cuando la persona trata de sentarse en forma derecha y caminar.

 3. Parálisis cerebral mixta, es una combinación de los síntomas descritos más arriba. Un niño con parálisis cerebral mixta tiene tonos musculares altos y bajos. Algunos músculos son demasiado apretados y otros demasiado sueltos, creando una mezcla de rigidez y movimientos involuntarios.


Las palabras que se relacionan con los tipos existentes de parálisis cerebral incluyen:

  • Diplegia: únicamente se ven afectadas las piernas. 
  • Hemiplegia: la mitad del cuerpo (como el brazo y pierna derecho por ejemplo) quedan afectados. 
  • Quadriplegia: son ambos brazos y piernas las partes afectadas, a veces incluyendo los músculos faciales y el torso.
  • Paraplejia: afectación sobre todo de Miembros Inferiores
  • Monoplejia: Únicamente está afectado un miembro del cuerpo

La parálisis cerebral no se puede curar, pero la persona podrá llevar una vida plena con la atención adecuada, recibiendo tratamientos que le ayuden a mejorar sus movimientos, le estimulen su desarrollo intelectual, le permitan desarrollar el mejor nivel de comunicación posible y que estimulen su relación social.

Son cuatro los pilares del tratamiento de la parálisis cerebral: la fisioterapia, la terapia ocupacional, la educación y la logopedia. Hay diferentes técnicas y enfoques en su tratamiento, pero éste sólo será efectivo si viene proporcionado por profesionales cualificados.

Además, existen diferentes modos de terapia en función de las necesidades que requiera el niño respondiendo a su tipo de parálisis:

•   Terapia física, la cual ayuda al niño a desarrollar músculos más fuertes, así como los de las piernas y cuerpo. Por medio de ésta, el niño trabaja en destrezas tales como caminar, sentarse, y mantener el equilibrio.

•  Terapia ocupacional, la encargada de ayudar al niño a desarrollar destrezas motoras finas, tales como vestirse, comer, y escribir, entre otras tareas de la vida diaria.

•  Terapia del lenguaje, cuya función es ayudar al niño a desarrollar destrezas para la comunicación; especialmente el habla, que por lo general es difícil debido a problemas con el tono muscular de la lengua y garganta.